Para enviar a todos los militantes y defensores de los derechos humanos de todos los grupos y organizaciones locales, regionales e internacionales.

Marzo 2013

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Queridos amigos y colegas:

Les escribo desde la cárcel de Jaw en Baréin para expresarles mi agradecimiento y sincero reconocimiento por sus constantes e incansables esfuerzos en aras de defender la situación en la que me encuentro de hostigamiento, acoso y encarcelamiento injusto por parte del régimen de Baréin. También quiero agradecerles los continuos e incesables esfuerzos para denunciar y frenar las violaciones de los derechos humanos perpetrados contra pacíficos ciudadanos de Baréin, así como contra ciudadanos de la región del Golfo.

Su papel se ha convertido en una vital y su impacto va siendo mayor día tras día gracias a la cultura y moral humana que defienden. Su moral y sus principios en términos de derechos humanos generaron una conciencia en derechos humanos en nuestras naciones. Su ardua labor para revelar ante la comunidad internacional el sufrimiento de nuestras naciones las fortaleció e inspiró a nuestros pueblos, ávidos de libertad, para seguir adelante en su lucha por la justicia y la democracia.

A pesar de todos los sufrimientos que padecí, su constante campaña dirigida a mi liberación y a la de todos los prisioneros de consciencia me mantuvo con la moral en alto y con el espíritu fuerte e indomable ante la injusticia, la tiranía y la discriminación. Todos los demás prisioneros sienten lo mismo.

El impacto de sus esfuerzos es extraordinario, pues ustedes están creando un modelo moral para todos aquellos que por el mundo buscan la justicia y la paz así como un futuro mejor para nuestras naciones y las generaciones venideras.

Les insto a que sigan firmes en este camino hasta el final, ayúdenos, aquí en Baréin y en el Golfo, en la reconquista de nuestro derecho a la democracia y la justicia social. Los tiranos del Golfo consiguieron silenciar a los gobiernos del mundo libre a cambio de beneficios económicos y financieros de corto plazo. Los petrodólares pudieron acallar a los medios de comunicación mundiales e impidieron que revelaran el sufrimiento de nuestro pueblo.

Para nosotros, ustedes son la luz que alumbra al final del oscuro túnel en el que nos hallamos. Ustedes son la esperanza que vemos en el mundo libre. Nuestras naciones son víctimas de su situación en una región con abundantes recursos petroleros y víctimas de las hipocresías y del doble rasero. Esperamos que con su apoyo y cabildeo podamos franquear este macizo muro y hacer que reinen la paz y la justicia en el mundo entero y en nuestra región del Golfo.

Dios les bendiga y bendiga sus esfuerzos. Confío en que continuarán apoyando a nuestras naciones en su lucha por construir un futuro de justicia, libertad, democracia y derechos humanos.

Les saluda de corazón,

Nabeel Rajab

Desde la cárcel de Jaw, Baréin